domingo, 17 de abril de 2011

Arrebato;

Hay veces que las personas tenemos “arrebatos” esto me ocurrió a mi un día de esta semana. Madrugué bastante y como no tenía nada que hacer empecé a ponerme nervioso. En la televisión no ponen nada, así es que con la primera luz del día me eche a la calle.

Al pasar por la estación entre con la intención de tomar un café en el bar. La estación a esa hora estaba llena de gente joven que supongo marcharía a la universidad. Eran las 8,05, cuando se me ocurrió mirar el horario de trenes y veo que a las 8,10, sale un tren a Valencia. Presa de un arrebato me dirijo a la maquina de “billetes” y sin pensarlo dos veces saco uno ida/vuelta a la capital de mi comunidad que esta a una hora escasa de viaje con cercanías. Apenas pasaban unos minutos de la 9,00, y ya me encontraba en Valencia. La mañana era fresca, el centro de la ciudad empezaba a despertar. En las calles peatonales que me llevaban al centro los camareros se apresuraban a poner las terrazas por si alguien buscaba un sitio para desayunar al aire libre. Casi automáticamente me dirige al mercado central que se encuentra entre dos barrios emblemáticos de Valencia con la esperanza que hubiera mercadillo ambulante, pero no fue así.
Tras una rápida visita por el interior del mercado que debería ser patrimonio de la humanidad. Me dirigí hacia la “Plaça Redona”. Esta plaza esta ubicada en pleno casco histórico y recientemente ha sufrido una restauración a fondo. Los comercios que rodean dicha plaza son todos centenarios la mayoría de artesanía y que han pasado por diferentes generaciones de vendedores, la cruce rápidamente y pronto estuve delante de la catedral donde diversos grupos de gente empezaban la visita turística a la ciudad. Había gente mayor con rasgos asiáticos, pero también había muchos grupos de escolares causando mucha algarabía, Seguí me caminar por la capital, ahora ya habían abierto los comercios y la gente empezaba con su ir, y venir cotidiano, Cruce por el antiguo mercado de Colon donde en ese momento también habían grupos de turistas con su guía explicando los detalles del maravilloso edificio. Ahora centro de exposiciones.Pronto me vi en la zona de “Canovas” Por lo que decidí coger la Gran Vía Marques del Turia hacia la estación. Pero al llegar a la Calle Ruzafa mi mente se lleno de recuerdos. Hace mucho tiempo íbamos a fallas todos los años con la familia. Una tía mía vivía por allí y aun que todavía vive, hace mucho que se mudo. Por lo tanto por la zona que pisaba en esos momentos hacia al menos 40 largos años que no había vuelto.Presa de otro arrebato. Decidí explorar y ver que quedaba de aquel barrio al cual no había vuelto desde hace tanto tiempo. A cruzar la avda Peris y Valero de pronto todo se me confunde. Las cosas viejas y las nuevas se entremezclan y disfrazan mis recuerdos. De pronto veo lo que ahora es una calle junto a un viejo trasformador de electricidad y creo reconocer la antigua casa del “guarda agujas”. Efectivamente. La vía pasaba por allí cuando yo iba por aquel barrio. Llevaba algunas horas de caminata, así que entre en una panadería cafetería a tomar algo y reponer fuerzas. La chica que me atendió aun que seguro que mas joven que yo, la vi con una edad capaz de orientarme en mis preguntas, así es que le pregunte que si era por allí por donde pasaba la vía. Su respuesta no me aclaro nada ya que me contesto que no era del barrio, Insistí y le dije se sabia si un poco mas adelante hubo un cuartel de zapadores. Me dijo que posiblemente me refería a un edificio viejo que hoy en día es una comisaría de policía Una vez las fuerzas recuperadas Salí de la cafetería y seguí adelante. Seguían entremezclándose los edificios nuevos con las casas del antiguo barrio que yo conocí pero de momento leo algo que me suena tremendamente. Casa Clementillo. Es un bar que yo recuerdo como Bodegas Clementillo. Es el mismo aun que de momento dudo si siempre ha estado ahí o ha cambiado de ubicación con respecto a cuando lo conocí. Estoy cerca. Me oriento y doy con la calle de mi tía. Esta calle, entonces acababa en una tapia. En esta tapia, había un enorme agujero y detrás unos solares donde quedaban construcciones de huerta medio derruidas. Ahora esta perfectamente urbanizada pero veo que hay un grupo de tres o cuatro casas viejas entre las cuales se encuentra la que vivió mi tía. Están restauradas y perfectamente pintadas pero guardan aun le estructura de solo un piso de casa de pueblo. Una de ellas alberga un parvulario. Que cambiado esta todo.Salgo de la calle y vuelvo a la calle principal. No ando mucho y me topo con el viejo cuartel de ingenieros. Es cierto. Ahora es comisaría de policía. Esta en estado ruinoso lastima de instalaciones. Recuerdo perfectamente a un soldado haciendo guardia en la calle, en una garita ahora desaparecida. Lo miro lo remiro y me da pena. ¿Como puede estar tan abandonado? El tiempo se me echa encima. Tengo que volver. Vuelvo a pasar por Casa Clementillo y entro. Nada mas entrar me doy cuenta que siempre estuvo ahí. Era mi mente la que lo había cambiado de ubicación. Su techo soportado por tablones de madera delata su edad. Estos tablones se han reforzado con unas robustas vigas de hierro que no se ocultan son bien visibles. El entorno me parece familiar creo que el local no ha cambiado en años aun que no estoy seguro del todo, En algunas estanterías aun hay botellas de licores cubiertas por la pátina del tiempo. Justo enfrente tengo una foto. Grande. En ella leo un nombre, una fecha y a continuación. Fundador de Bodegas Clementillo. Me atiende un señor que me resulta familiar, Supongo que es mi mente que me juega malas pasadas. Le pido un café y le pregunto si lleva mucho tiempo ahí. Me dice que el nació allí. Que es la tercera generación el fundador. El de la foto es su abuelo y la familia regenta este local hace más de 100 años. Le comento mi caso y me dice que si. Que el ferrocarril pasaba por donde yo le pregunte y que por el otro extremo de calle pasaba otro de vía estrecha que iba a la playa de nazaret . Se ordenan mis recuerdos y de momento pasan por delante de mis ojos una sucesión de imágenes de aquel tiempo. Hay cosas que las veo tan borrosas que no las reconozco, pero se me eriza el vello Dejo el barrio. Vuelvo a la estación he de coger el tren y regresar a casa. El tren ha actuado hoy como maquina del tiempo y he viajado por unas horas al pasado. Esto no es actualidad, ni política, ni economía. Es mi pasado son mis recuerdos. Los que he querido compartir a modo de tertulia. Como siempre con un toque anacrónico, y todo fruto de esos extraños arrebatos que tenemos los humanos.