domingo, 4 de noviembre de 2012

Vidas Truncadas

Es muy atrevido por mi parte, calificar esto como de. “Vidas truncadas”.

Supongo que las vidas de cada unos a su modo de ver serán las buenas, y todos en algún momento de nuestra vida hemos pasado por penas, alegrías, y más de un disgusto. Puede ser que la historia que voy a contar, no se acople a los patrones estadart que marca la sociedad. Pero eso no quiere decir nada. Sus protagonistas, como todos han llegado hasta aquí, con sus recuerdos buenos y malos, y con sus arrepentimientos. Como cada uno de nosotros.

Manuel trabajó conmigo. Pero de eso ya hace muchos años. Entonces se trabajaba duro y sobre todo muchas horas, ya hace mucho que le perdí la pista, ahora debe estar a punto de jubilarse si no se ha jubilado ya.
 
Era una persona joven, no llevaba mucho tiempo casado, y no tenia prisa en tener hijos. Tanto que tuve yo mi primer hijo antes que el tuviera su única hija. Las cosas iban bien, el, tenia un cargo en la empresa y un buen sueldo, el piso pagado y muy bien amueblado, y decorado. Sin embargo las cosas se torcieron, y Manuel se separo, Yo deje el trabajo por otro  con el mismo sueldo, pero mejores horarios. Ahí fue donde le perdí la pista. Aun así el pueblo no es tan grande, y de vez en cuando nos encontrábamos, y charlábamos, me daba la impresión a veces, que algo no funcionaba bien y así era. Manuel bebía. No se que fue antes. No se si su matrimonio se rompió por que bebía. O bebía por que su matrimonio se rompió. A partir de ahí su vida fue un continuo deambular de puesto en puesto de trabajo, sin atarse a ninguno. Su hija creció sola. Con su madre, que a raíz de la separación consiguió una vivienda digna, aun así nunca pudo dejar de trabajar, la veías continuamente en marcha para poder sacar su hija adelante. Mientras tanto Manuel le veías cada vez mas en el bar, y totalmente ajeno a su hija. Aun que nunca dejo de trabajar. Ahora no se donde esta, no se donde trabaja, el otro día le vi. Delgado el pelo blanco y caminaba como ausente aun que bien arreglado. No se si vive solo…
 
La intentona de vivir con Laura no salio bien. Laura era bastante mas joven que Manuel. Incluso un par de años menos que yo. Su matrimonio tampoco fue bien, dejándola con dos hijos pequeños a su cargo. Laura,  que siempre fue coqueta había olvidado su coquetería. También le toco trabajar mucho. Pero necesitaba sentirse coqueta de nuevo. Sus ansias de ser libre y respirar, la hicieron salir de nuevo de casa, por la noche, era una chica monisima y sabía sacarle partido a su belleza. Laura conoció a Manuel y congeniaron. Tanto que en poco tiempo estuvieron viviendo juntos. Creo que la afición a la bebida de Manuel, y las ganas de olvidar de Laura, le contagiaron su afición a la bebida. Hará al menos tres años que hable con Laura. Tenia ganas de contar cosas, aun que mi amistad con ella no es mucha, me retuvo contándome su penas mas de hora y media. Estaba bastante desmejorada, y desesperada. Parece que su hijo mayor no la trataba bien, por lo que me contaba era casi un delincuente. Su otro hijo. El pequeño tenía déficit de atención, y un montón de problemas más. Sus profesores estaban continuamente llamando a Laura, para intentar dar una solución al problema. Vi a Laura muy perdida. Capaz de hacer cualquier cosa para que su vida tuviera sentido.

Paso el tiempo. Durante estos tres últimos años me cruce en muchas ocasiones con Laura. La miraba y aun que le saludaba, nunca me contestaba. No se por que…
Hace poco la volví a ver Esta extremadamente delgada. Es lo que se dice vulgarmente una escoba vestida. No queda nada de lo que fue. No parece la misma persona. Iba empujando una silla de ruedas con una mujer mayor. Muy mayor sentada en ella. Creí que era su madre. Nuestros mayores se hacen viejos y es habitual ver gente de mi edad empujando silla de ruedas con su madre, o padre. Hoy la he vuelto a ver. Iba del brazo de  un señor mayor. Tanto, que apenas podía andar. Hoy nos hemos cruzado y nos hemos mirado a los ojos. Hoy me ha saludado con una cara triste, y unos ojos sin luz.
No queda nada de Laura. Vestida como con ropa usada. Como nunca creí que fuera por su coquetería. La situación en que la he visto las últimas veces me hace pensar que cuida de personas mayores.
 
Por supuesto no se nada de sus hijos, no se que paso ni que fue de ellos. Laura una persona coqueta que vio como su matrimonio, se rompía, intento desesperadamente sentirse atractiva. Sentirse mujer, y no lo consiguió. Hoy parece que le da igual con 50 años parece haber renunciado a todo, aferrarse a la vida que le ha tocado en suerte, y vivir. Quien la vio, y quien la ve. Parece mentira las vueltas que da la vida y lo pronto que el destino puede dar un vuelco a nuestra situación aun que parezca que esté amarrada , y bien amarrada. Se que alguien te inspire lastima es muy duro. Siempre me he negado a pronunciar esa palabra. Pero lamentablemente hoy no me queda otro remedio. A saber cuantas “Lauras, y Manueles” habrá en el mundo. Quien sabe si los próximos quizás. Seamos nosotros.