Aun no eran las 9 de la mañana cuando he bajado a por mi vieja moto. Cómo si de un caballo se tratara, al que hay que ponerle la silla y los atalajes, le he quietado la funda que la cubre, le he quitado un poco el polvo, y le metido la llave. Al dar media vuelta se han encendido los chivatos. Bien. Buena señal. He cerrado un poco el aire del carburador, y al pulsar el botón de arranque. Su motor. Su honrado motor. Se ha puesto a rugir. La he dejado un poco en marcha mientras me ponía todo lo necesario para salir en busca de ese aire que me faltaba, y que no sabia donde encontrar. Que no sabia siquiera si existía.. Al momento mi vieja montura también me pedía aire.
Con un pequeño movimiento de mi pulgar, he accionado de nuevo la palanca del carburador y se lo he dado. Automáticamente, su rugido se ha vuelto dócil, suave, como el tic tac de un reloj. Allí ha quedado esperando a iniciar la marcha, y no la he hecho esperar más. Salimos raudos al moderno abrevadero a llenar su metálica panza de liquido, y de ahí en busca del aire sin rumbo fijo, solo una idea, la montaña.
Pero ese no era el caso. El mar quedaba a mi espalda y el sol daba de lleno en mi cazadora de cuero negro. A pesar de ir en la moto, lo notaba ahí. Fuerte, desafiante. Pasados unos kilómetros, y unos minutos. El paisaje empezaba a cambiar. Ya no se veía rastro de industria y el terreno que me rodeaba empezaba a ser yermo. Cruzo por el primer grupo de “masias” en busca del aire que empiezo a sentir. Poco a poco ese aire va cogiendo olores. Olores de pinos, de tierra seca, de estiércol. Todo se mezcla, pero lo he encontrado. Ya me he alejado de los núcleos urbanos, salvajes. Un pueblo queda a mi izquierda, el aire ahora me regala con olor a aceite. Aceite de almazara. De algarrobas.
Voy ganado altura. Me doy cuenta que una indicación a mi derecha me advierte de un puerto, y me dice que esta abierto. Casi inmediatamente detrás, una señal de peligro con un gran copo de nieve dibujado. Es cierto. El invierno es crudo en el interior. El aire, ese aire que he venido a buscar. Se deja sentir en mis manos desnudas. Quizá hubiera tenido que ponerme guantes pienso. El camino empieza a hacerse mas difícil empiezan a sucederse las curvas, que voy tomando con suavidad, balanceándome de un lado a otro. El rugir de mi maquina es sereno, potente, acoplándose a cada curva, a cada desnivel. Llego arriba. Y de nuevo el aire me da la bienvenida. Fresco, seco, se deja sentir de nuevo. A pesar que se lo impido, se cuela por los pasos abiertos de mi casco refrescándome el rostro,
Empiezo la bajada. El paisaje ha sufrido un cambio radical. Ahora gran cantidad de “itos” se alinean a ambos lados de la carretera, y me dicen que en invierno, por la nieve es la única referencia que se tiene para no salirse al circular. Veo al fondo encima de una loma tras una hondonada, un grupo de gigantes. Gigantes que no buscan el aire. Lo esperan allí día, a día.Son molinos de energía eolica. Los veo, paro y disfruto el batir de sus brazos al viento. Un aire fresco, puro. Lleno de aromas de trigo recién segado de unos campos que se encuentran apenas a unos metros. Se ha retrasado la siega. El frió quizá haya hecho que no madure tanto el trigo como se esperaba. Sigo mi marcha y al final de la larga recta de blanco asfalto veo un pueblo. Ese será mi destino. Entro, paro, y me dirijo al bar como los antiguos caballeros andantes a la fonda, dejo amarrada mi montura a la sombra, y me dirijo a reponer fuerzas. Me comenta el posadero, que hoy hace bueno, el día es espectacular de un azul de cielo como pocos. Me dice que hasta la semana pasada hacia frió. Comentamos cosas sin importancia. Miro el bar que. se ha quedado anclado en el pasado, y la patina del tiempo envuelve sus botellas, sus estanterías, su todo..
Encima del mostrador veo ceniceros con colillas. Que mas da si este bar. Vive tiempos distintos. El bar. y todo el pueblo, que apenas se ve nadie aun a pesar de ser la 11 de la mañana, tranquilidad absoluta.
Salgo del bar. Acaricio un poco mi montura, y de nuevo vuelve a rugir con suavidad. Me vuelvo al punto de partida. De nuevo el mismo camino, los gigantes parece que con sus brazos me dicen adiós. Al cruzar la hondonada empiezo a notar una fresca brisa. Una brisa que se acentúa cuando más me acerco al mar. Es un viento fresco racheado. Una brisa marina de la que suele soplar hacia el mediodía. Esta brisa me golpea lateralmente y convierte mi caminar en un baile. En un baile con el viento. En un baile con el Aire. He encontrado el aire. Y he bailado con el.
P.D.180 kilómetros de recorrido. Las fotos son de la ruta ejecutada sacadas con un teléfono móvil.
No quisiera ser pesado. Pero aquel que sigue este humilde blog donde solo pretendo dar una opinión, o comentarios del pueblo. Ya se habrá dado cuenta que mucho antes de esta “indignación” ya propuse algunas medidas a tomar por parte del pueblo.
Nos están tomando el pelo con la economía de libre mercado. De un mercado que para ser libre nos hace esclavo al pueblo. Nos están contando historias de países que quiebran y que hay que salvar. Cosa que beneficiara a unos pocos, y castigara a muchos
Yo no vote al BCE. Yo no vote al FMI. Ni siquiera al Banco de España. Y por eso no estoy dispuesto a que me digan que es lo que tengo que hacer. A que me gobiernen.
Mientras tanto dentro de nuestras fronteras la. Aun oposición. (Digo esto por que al ganar la municipales creen que ya gobiernan y no es así) Aun que no es menos cierto que la gente, a la hora de votar, voto castigando al partido de gobierno, como si de unas generales se tratase. Pues bien dicho esto, la oposición sigue criticando sin aportar ninguna solución al problema. Es mas. Critica duramente al gobierno saliente de Castilla la mancha por gastos desmesurados. Pero ese no es el problema. El problema esta en Valencia donde algunos “consellers” electos están imputados por varias cosas. Y en Mallorca. Que después de todo lo que paso, la gente les ha seguido votando. Como diría Julio Iglesias, la vida sigue igual.
No se si es que a la gente se nos come muy pronto el "coco". O tenemos mucha facilidad para olvidar. Desde Bruselas le plantean a España nuevas reformas. La oposición también dice que este gobierno actual, no hace bien los deberes. No se como se aguanta una situación así. La verdad es que como he dicho en mas de una ocasión, que convoquen elecciones anticipadas, y que todos estos eruditos que parecen tener el Bálsamo de Fierabrás, se coman su parte de marrón. Es evidente que si hay comunidades gobernadas por ellos que funcionan tan bien, lo demuestren en el gobierno de la nación. Me imagino que las medidas a adoptar serián muy restrictivas, para los trabajadores (como siempre) ahí no cambia un partido de otro, o lo hace muy poco, y favorecerá a la patronal. Y como siempre al capital. En cualquier caso los indignados continuan igual de indignados como siempre. Un movimiento donde a pesar de no desfallecer, y cada dia tener mas adeptos los medios de comunicación han acabado pot ahogar. Poco sabiamos de este movimiento que esta un mes dando guerra. En la televisión cuando preguntan , lo hacen a una serie de individuos que estan buscados a pulso, para quitar credibilidad al movimiento, En su mayor parte “frikis” que estan en todas partes, y que siempre han estado. Esto hace que realmente no nos enteremos de las asambleas ni del resultado de las mismas. Pero estar están. Posiblemente se deberían convocar todos los días a una hora determinada, una manifestación en todas las plazas de todos los pueblos de España. Esto si hizo en el “No a la Guerra” y la gente respondió. Hay que pensar que a pesar de lo escondido, y lo pequeño que pueda ser un pueblo, siempre hay alguien indignado, y cada día mas.
Pero no interesa. Sabemos más del estado de Ortega Cano que de cualquier movimiento de este tipo, que las medios informan de puntillas como si la cosa no fuera con ellos. Se ve que si no hay dinero por detrás no hay información. Hasta aquí hemos llegado a un país que se mueve por la pasta con chanchullos, y comisiones mil, por allá por donde vas.
Me siento indignado, por ver en los informativos la cantidad de frutas, verduras, y hortalizas que se han tirado a los contenedores con las necesidades que hay. Ya no en el mundo, si no en nuestro propio país. Antes fue la leche, y otros productos. Pero eso no lo recoge nadie, ni ONGs ni hostias. Ahí no hay porcentaje que repartir.