Parece mentira como cambian los tiempos. Bueno o
no, quizá cambie todo lo que se mueve a nuestro alrededor, y nosotros los niños
de finales de los 50 del siglo pasado, niños de la posguerra nos guste o no,
vemos que la generación nuestra, está resultando ser de las peores. Dicen que
la crisis hará que se pierda una generación, o dos. Pero nosotros sin lugar a
dudas somos la generación “puteada”.
Algunos, nacidos en aquella
época se pusieron a trabajar con 10 años. Los más con catorce. La edad legal,
fuimos a una mili obligatoria, donde no podías alegar nada. No existía el
servicio social sustitutorio, ni le objeción de conciencia, solo podías elegir
entre mili, o cárcel. Una mili donde aun encontrabas en los años 80, gente que
no sabía leer ni escribir. Ahora parece un cuento de viejos, pero así era. Las
familias que por aquella época tenían hijos varones eran afortunadas. Como he
dicho antes se ponían a trabajar a muy temprana edad, y además de quitarle
carga de trabajo al padre, ayudaban, y mucho. A la economía familiar. A pesar
de todo, los de mi generación fuimos menos machistas, que los jóvenes de ahora.
Sin temor a equivocarme.
La figura del padre era patriarcal. El tenía su
sitio en casa, su silla, su lugar en la mesa. Nos dirigíamos a él hablándole de
usted, y jamás nos atrevíamos a cuestionar sus palabras. Estos padres. A
diferencia que los padres de nuestros padres, Envejecieron, y con los adelantos
de la ciencia, casi todos sobrepasaron los 80 años. Algunos incluso los 90. A
nosotros. Los de mi generación, nos tocaba cuidar de nuestros padres de más de
80 años, al tiempo que teníamos que cuidar también de nuestros hijos, aún en
casa, con 30, y a veces, con casi 40 años. Nuestros hijos estudiaban, y por
tanto nada aportaban a la economía familiar si no gastos. Pero si en un tiempo
no se necesitaba para trabajar más que fuerza, voluntad y ganas, ahora no.
Ahora para trabajar de mozo de almacén te piden nivel de ingles alto, y te
valoran cualquier otro idioma. Los padres de mi generación no podemos
comprarnos nada. Aún que nos haga falta, por que los hijos tienen que estudiar,
y no nos engañemos, barato no es. A todo esto es la mujer la que te frena, que
sacando su instinto maternal ve en los hijos la cuestión más importante de su
vida. Su razón de ser, sacando sus instintos más primitivos.
Los padres hemos pasado a un segundo plano. Ya no
tenemos razón cuando hablamos, ellos saben más. Es normal ellos estudiaron.
Tampoco te guardan tu silla, tu sitio. Tú les dejaste hacer aquello que tú no
pudiste, y ellos se criaron así. Muchas veces me pregunto que hicimos mal, y si
es cierto aquello del karma, porque lo estamos pagando, y bien. Cuando ellos se
casen allá de los cuarenta en adelante, con su carrera, y quizá ya con trabajo.
Ellos querrán vivir su vida, con su mujer. Es normal, nosotros tambien lo
hicimos, solo que 20 años más pronto que ellos. Para entonces nosotros
estaremos muy mayores. Viejos, Con suerte acabaremos en una residencia, y
vendrán a vernos algún domingo. Pero no me quejo, tampoco me arrepiento, aun
que seguramente seré objeto de críticas. Lo que no me hará cambiar de opinión
de que somos la generación puteada
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