Es muy atrevido por mi parte, calificar esto como de. “Vidas
truncadas”.
Supongo que las vidas de cada unos a su modo de ver serán
las buenas, y todos en algún momento de nuestra vida hemos pasado por penas,
alegrías, y más de un disgusto. Puede ser que la historia que voy a contar, no
se acople a los patrones estadart que marca la sociedad. Pero eso no quiere
decir nada. Sus protagonistas, como todos han llegado hasta aquí, con sus
recuerdos buenos y malos, y con sus arrepentimientos. Como cada uno de nosotros.
Manuel trabajó conmigo. Pero de eso ya hace muchos años. Entonces
se trabajaba duro y sobre todo muchas horas, ya hace mucho que le perdí la
pista, ahora debe estar a punto de jubilarse si no se ha jubilado ya.
Era una persona joven, no llevaba mucho tiempo casado, y no
tenia prisa en tener hijos. Tanto que tuve yo mi primer hijo antes que el
tuviera su única hija. Las cosas iban bien, el, tenia un cargo en la empresa y
un buen sueldo, el piso pagado y muy bien amueblado, y decorado. Sin embargo
las cosas se torcieron, y Manuel se separo, Yo deje el trabajo por otro con el mismo sueldo, pero mejores horarios.
Ahí fue donde le perdí la pista. Aun así el pueblo no es tan grande, y de vez
en cuando nos encontrábamos, y charlábamos, me daba la impresión a veces, que
algo no funcionaba bien y así era. Manuel bebía. No se que fue antes. No se si
su matrimonio se rompió por que bebía. O bebía por que su matrimonio se rompió.
A partir de ahí su vida fue un continuo deambular de puesto en puesto de
trabajo, sin atarse a ninguno. Su hija creció sola. Con su madre, que a raíz de
la separación consiguió una vivienda digna, aun así nunca pudo dejar de
trabajar, la veías continuamente en marcha para poder sacar su hija adelante.
Mientras tanto Manuel le veías cada vez mas en el bar, y totalmente ajeno a su
hija. Aun que nunca dejo de trabajar. Ahora no se donde esta, no se donde
trabaja, el otro día le vi. Delgado el pelo blanco y caminaba como ausente aun
que bien arreglado. No se si vive solo…
La intentona de vivir con Laura no salio bien. Laura era
bastante mas joven que Manuel. Incluso un par de años menos que yo. Su
matrimonio tampoco fue bien, dejándola con dos hijos pequeños a su cargo.
Laura, que siempre fue coqueta había
olvidado su coquetería. También le toco trabajar mucho. Pero necesitaba
sentirse coqueta de nuevo. Sus ansias de ser libre y respirar, la hicieron
salir de nuevo de casa, por la noche, era una chica monisima y sabía sacarle
partido a su belleza. Laura conoció a Manuel y congeniaron. Tanto que en poco
tiempo estuvieron viviendo juntos. Creo que la afición a la bebida de Manuel, y
las ganas de olvidar de Laura, le contagiaron su afición a la bebida. Hará al
menos tres años que hable con Laura. Tenia ganas de contar cosas, aun que mi
amistad con ella no es mucha, me retuvo contándome su penas mas de hora y
media. Estaba bastante desmejorada, y desesperada. Parece que su hijo mayor no
la trataba bien, por lo que me contaba era casi un delincuente. Su otro hijo.
El pequeño tenía déficit de atención, y un montón de problemas más. Sus
profesores estaban continuamente llamando a Laura, para intentar dar una
solución al problema. Vi a Laura muy perdida. Capaz de hacer cualquier cosa
para que su vida tuviera sentido.
Paso el tiempo. Durante estos tres últimos años me cruce en
muchas ocasiones con Laura. La miraba y aun que le saludaba, nunca me
contestaba. No se por que…
Hace poco la volví a ver Esta extremadamente delgada. Es lo
que se dice vulgarmente una escoba vestida. No queda nada de lo que fue. No
parece la misma persona. Iba empujando una silla de ruedas con una mujer mayor.
Muy mayor sentada en ella. Creí que era su madre. Nuestros mayores se hacen
viejos y es habitual ver gente de mi edad empujando silla de ruedas con su
madre, o padre. Hoy la he vuelto a ver. Iba del brazo de un señor mayor.
Tanto, que apenas podía andar. Hoy nos hemos cruzado y nos hemos mirado a los
ojos. Hoy me ha saludado con una cara triste, y unos ojos sin luz.
No queda nada de Laura. Vestida como con ropa usada. Como nunca
creí que fuera por su coquetería. La situación en que la he visto las últimas
veces me hace pensar que cuida de personas mayores.
Por supuesto no se nada de sus hijos, no se que paso ni que
fue de ellos. Laura una persona coqueta que vio como su matrimonio, se rompía,
intento desesperadamente sentirse atractiva. Sentirse mujer, y no lo consiguió.
Hoy parece que le da igual con 50 años parece haber renunciado a todo,
aferrarse a la vida que le ha tocado en suerte, y vivir. Quien la vio, y quien
la ve. Parece mentira las vueltas que da la vida y lo pronto que el destino
puede dar un vuelco a nuestra situación aun que parezca que esté amarrada , y
bien amarrada. Se que alguien te inspire lastima es muy duro. Siempre me he
negado a pronunciar esa palabra. Pero lamentablemente hoy no me queda otro
remedio. A saber cuantas “Lauras, y Manueles” habrá en el mundo. Quien sabe si
los próximos quizás. Seamos nosotros.
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