jueves, 16 de septiembre de 2010

Caminante no hay Camino

Era ya bastante tarde.
La tarde del sábado trascurría sin ningún aliciente y decidí dar una vuelta por los alrededores de la ciudad.Esta ciudad delimita su termino municipal con la ciudad vecina por un río. Si, si un río.
Por el extremo este de la ciudad, las ultimas casas se asoman a este río. Si cruzas por un puente medieval que protegieron del trafico rodado con unos arcos que recuerdan a porterías de Balonmano casi sin darte cuenta estas en al otro lado de río. Es decir en otro termino municipal pero a escasos 100 metros del de mi ciudad. La ruta escogida discurre por toda por la orilla del río, dejando a ambos márgenes del río numerosas casas de campo, chales, y segundas residencias, donde antes había campos de naranjos. Esto ha hecho. Hace que nuestros gobernantes se planteen reorganizar esta porción de pueblo, y trasformarlo de rustico a urbano, trazando calles y dando forma un laberinto de caminos vecinales y entradores que entre los vecinos acordaron en su día, para que todos de alguna manera tuvieran acceso a su pequeña parcela.

Pronto empezó a disminuir la luz y me di cuenta que la ruta que había trazado era demasiado larga para el tiempo del que disponía. Los casi 9 kilómetros aproximadamente, harían que llegara de nuevo a casa siendo noche cerrada. No obstante encerrado en mi soledad, y envuelto en el paisaje que me rodeaba, empecé a imaginar. El aire se nota mas fresco a pesar que en las horas centrales del día aun aprieta el calor. Este aire me recordó no se por que, a algunos veranos que he viajado hasta Soria..Todo me recordaba a esta ciudad el aroma que percibía, y ese viento fresco en mi rostro. Parecía que todos los factores se habían unido para que Soria, me viniera a la mente.Se que hay una canción que habla de ella. La verdad es que no desmerece nada. Tierra de poetas donde Antonio Machado paso unos años de su vida, y donde se caso con su inolvidable Leonor, siendo aun esta una niña. En Soria a los pies de la Ermita de San Saturio a orillas del Duero. Esta el rincón de Antonio Machado tal y como el lo conocio, donde dicen que pasaba muchas horas en soledad escribiendo versos. Justo donde empieza, o termina el paseo de los enamorados.En la misma orilla de este caudaloso río se encuentra el Monasterio de San Juan de Duero. En el, se puede apreciar el magnifico claustro románico de este monasterio de la orden de los hospitalarios de San Juan.
Pero el románico esta presente en toda la provincia, no solo en este monasterio a cuyas espaldas se encuentra el llamado Monte de las Animas que inmortalizo con su relato, otro poeta andaluz Gustavo Adolfo Bécquer nacido en Sevilla al igual que Machado.Cruzando el puente de piedra te adentras en la ciudad de Soria. Una ciudad pequeña con bastante menos habitantes que mi propia ciudad pero totalmente diferente. En Soria se vive de otro modo, parece que se paren los relojes y las piedras te cuentan historias antiguas. Muy antiguas. En el centro Su Alameda de Cervantes aun te aísla mas si cabe del ruido del trafico rodado. Muy cerca el museo celtiberico. Imprescindible visitarlo como complemento de la visita a Numancia, obligatoria para todos los que pisan estas tierras. Unos restos que impresionan, y que aun hay mucho por descubrir. La verdad es que me gusta Soria. Pero no solo Soria sino toda Castilla León. Que tendrán los campos de castilla (como decía Machado) que resultan tan cautivadores.

El Causante de todos estos pensamientos el viento del atardecer. Un viento que aquí siento en septiembre. Pero en Soria percibía en agosto, siempre visite Soria en agosto y recuerdo que sus tardes eran frescas a veces demasiado. No se como será ahora la temperatura en Soria, supongo que ya se verán obligados a ponerse alguna prenda de manga larga y les envidio aun que me cuesta imaginar, como será la vida en alguna de esas poblaciones que visite en mas de una ocasión., con ese clima tan frío.
Me pregunto si seria capaz de vivir allí. ¿cómo se vivirá? ¿de que?.
A veces me dan ganas de dejarlo todo. Coger camino Soria como decían Gabinete Caligari y perderme en Agreda,. Medinaceli, El Burgo de Osma, o Calatañazor por citar solo algunas...

Pero bueno Sigo a orillas de un río. Pero no es el Duero.. Conforme ando me doy cuenta que los músculos de mis piernas empiezan a tirar, vuelvo a pensar que 9 kilómetros son demasiados. para tampoco tiempo. En el horizonte veo aparecer una luna casi imperceptible. Como una fina rodaja de melón, se camufla entre unas nubes bajas de tono rojizo. Mientras sigo mi camino. Me preocupo por que la zona por la cual discurro no esta iluminada, no es que tenga miedo a la oscuridad, me preocupa que los pocos vehículos que circulan una tarde de sábado por estos lares, no me vean por carecer yo de algún objeto o prenda reflectante.

Poco a poco me aproximo al puente nuevo del camino de la Ermita. La Ermita será lo primero que me encontrare nada mas cruzar este puente de dimensiones desmesuradas que da un servicio muy limitado y nada que ver con el que tenia que ofrecer. El camino de la Ermita esta iluminado. Bien iluminado y seguramente ya encontrare gente que como yo camina, o hace “footing”.
Mientras tanto otro punto de luz aparece en el cielo, debe ser venus por el resplandor. La luna también brilla mas y a pesar de su tamaño se hace notar. El resto de estrellas hace tiempo que deje de verlas,
Por fin llego a la zona iluminada las piernas se quejan y no veo tanta gente como imagine, supongo que es normal. A estas alturas la gente al tratarse de un sábado habrá preferido hacer cosas mejores que pasear por el camino de la Ermita.
De pronto recuerdo que podría acortar un poco el recorrido, atajando por las calles de nueva apertura de la urbanización que están haciendo. Me desmoralizo al ver que estas calles aun que con las farolas instaladas están completamente a oscuras, no tengo mas remedio que seguir por el camino de la Ermita hasta entrar en la ciudad Es noche cerrada cuando paso por el cementerio Pocas veces lo veo con tanto detenimiento. Ahí quedara este, que ya tiene sustituto en una parte no demasiado alejada del actual. Dejo los chales, los jardines, y los perros guardianes que ladran a mi paso, tengo ante mi las instalaciones de un club de padel de reciente creación e inmediatamente detrás, las primeras casas del pueblo. Cambio el olor de jazmín. Por el olor a “tapas” de unos bares con terraza que están en la plaza que alberga el campo de fútbol. La gente se mueve y me cruzo con unas adolescentes que lo inundan todo de perfume, seguramente de camino a casa.
Van alegres hablando mucho y muy aprisa. Es normal en esa edad hay mucho que contar.
Poco a poco me acerco a mi casa me fallan un poco las fuerzas. Pero llego contento por que en un recorrido de nueve kilómetros, en mi imaginación, he visto y he visitado Soria, Sus personajes y los campos de Castilla, que se que de momento tardare mucho en volver a visitar.
Quizá he abierto mucho mi imaginación, y me he tomado un pequeño respiro
No pasa nada os aseguro que a la próxima...
Hablaremos del gobierno




1 comentario:

  1. Como en la narración que hiciste hace un tiempo de tu viaje a Madrid, me he encontrado acompañándote en tu paseo.

    Tienes una envidiable capacidad de descripción. Gracias por compartirla.

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