domingo, 3 de diciembre de 2017

LA HUMANIDAD EN PELIGRO

Hay que ver lo poco que nos cuesta al ser humano acostumbrarnos a las cosas.
No sé si siempre fue igual pero sinceramente creo que no. Creo que todo es cuestión de adoctrinamiento (palabra tan de moda) y con el tiempo todo lo encajamos como algo natural en lugar de ponerle remedio. No en todas las circunstancias,  pero en algunas graves si que teníamos que encontrar remedio, en lugar de hacerlas tan habituales, y es que estos días Barcelona también se ha sumado al protocolo anticontaminación Que vale. Si, es una gran ciudad, pero por lejos que este, y por imposible que nos parezca atmosfera solo tenemos una, y sea en Barcelona, o en Pernambuco, acabara por afectarnos.
Entiendo que las concentraciones de gente. Los pueblos se crearon para compartir servicios, por la necesidad de compañía y por tener de todo, en un espacio más reducido. En otros tiempos optimizar recursos era importante, y ahora cuando visitamos un pueblo pequeño, perdido entre montañas, nos preguntamos cómo podían vivir allí hace tantos años. Si pensamos desde la lógica veremos que vivían allí, simplemente porque tenían lo necesario para hacerlo. Optimizaban los recursos y reutilizaban todo lo que podían. (Ahora le llaman reciclar). Lo del reciclaje es curioso. Cuando veo un camión cargando un contenedor de reciclaje, me llama la atención la cantidad de humo que sale de su tubo de escape al utilizar los hidráulicos. Tampoco se las industrias que reciclan plástico (por ejemplo) que tan contaminantes son, pero es lo que se lleva. Ahora nada dura eternamente. Y usamos materiales de nueva factura, y hasta hace poco desconocidos. Así pues hemos pasado de la cazuela de barro, al molde de silicona sin saber muy bien por qué. O del reloj de cuerda, casi eterno. A los de obsolescencia programada. Dicho de otro modo. De usar y tirar.
Ahora después de tantos años de humanidad, de crear comunidades para vivir y buscar recursos fáciles, y siempre próximos, de momento el progreso nos trae cosas que en un tiempo quizá más corto del que pensamos, resulten contraproducentes. Así pues nos han hecho pensar que el coche es necesario, y para los que pensaban que no. Les han metido los supermercados en medio de polígonos apartados, para que lo sea. Para que te veas obligado a coger el coche, por algo tan sencillo como artículos de primera necesidad. Pero no solo los comercios. También cines discotecas y muchos centros de ocio, se instalan en grandes polígonos. Unos polígonos donde la ley permite construir grandes superficies pavimentadas, sin una zona verde. Sin un árbol. Solo tenéis que daros una vuelta para comprobarlo. Con esto además de utilizar más el coche, contaminamos mas al tiempo que dejamos las ciudades vacías, con todo lo que ello conlleva. Nos hemos hecho sedentarios. Siempre sentados no salimos apenas a pasear por la ciudad, si por el centro comercial con atmosferas cerradas y artificiales, de aires acondicionados que alrededor de los centros comerciales calientan la “atmosfera” unas decimas por sus emisiones. Luego activan el protocolo anticontaminación, y prohíben aparcar en las grandes ciudades. No sabía que un coche aparcado contamina. Pero no pasa nada. Nos desplazamos con el coche y aparcamos en el centro comercial o en el parking ¿intereses quizás?. Creo que en lugar de todos estos protocolos debíamos poner otras soluciones. Por ejemplo no acceder a las ciudades con vehículo a motor Hoy por hoy, nada es imposible. El otro día vi una señora con un triciclo, que disponía de una gran cesta trasera para la compra. ¿Pero realmente puedes circular con eso en una ciudad ideada para los coches?. Sinceramente no. Sería muy fácil crear grandes aparcamientos en las entradas de todas las ciudades. Y acceder solo con bicicleta o a pie. Creo que tan solo con ese gesto ganaríamos mucho. Solo tenéis que imaginar.  Al fin y al cabo imaginar es gratis, en un mundo donde todo nos cuesta dinero.
Continuara. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario