viernes, 18 de septiembre de 2009

LA MILI




Es una palabra que parece que hoy en día, este maldita. “La Mili”.
No se que piensan de nosotros, la gente que nos oye hablar de este tema. Desde siempre nuestras esposas, han huido cuando por alguna circunstancia, nos hemos juntado algunos amigos, y hemos hablado de la mili,

Que hice la mili, ya hace mucho. Que hable de la mili. Últimamente casi todos los días.
¿Por qué hablo de la mili?. Muy sencillo.
Hace un tiempo descubrí, en la red, un foro, donde antiguos soldados de reemplazo, nos juntamos para contar nuestras batallitas, sin molestar a nadie.
Este foro se llama. Mili en Melilla. Supongo que habrán mas, pero si hay algún interesado en pasarse por allí, seguro será bienvenido.
He de decir, que una de las fotos, que ilustran este comentario, las he tomado prestadas de este foro. Pertenecen al cuartel donde yo estuve, y mas o menos son de aquellos años.

Hoy en día hablar de la mili a un menor de 35 años, es casi como hablar a la pared, (con todos mis respetos). Seguramente estos últimos, todavía harían la mili de carácter obligatorio, pero posiblemente cerca de casa, y de una duración de nueve meses.
No quiero decir que eso no sea mili. Ni mucho menos. Pero en mi caso particular, hice 14 meses, en un tiempo, que caer cerca de tu casa, no era suerte. Era un milagro.


Es normal pues. Que en las tertulias de café, y con gente, de una cierta edad, se mantengan comentarios “anacrónicos” como este.
También en mi presentación, hago referencia, a los temas de misterio.
De eso precisamente voy hablar en esta ocasión. De mili, y de misterio.
En principio parece que no tiene nada que ver, pero en cuanto leáis mi relato lo comprenderéis.

Esta anécdota ocurrió el año 1980. Posiblemente a finales de abril o principios de mayo.
Por la noche todavía refrescaba en Melilla, estábamos recién llegados, y por tanto cargados de servicios.
Las cosas han cambiado. Pero entonces, en cuanto tenias ocasión de salir del cuartel, a la ciudad, lo primero que te comprabas era un radio transistor. Este aparato seria tu fiel compañero, cuando te encontraras solo.
Después algunos también se compraban la cámara “reflex” el radio casette, el reloj digital, y algunos artilugios que resultaban totalmente inservibles.

Pero en este caso, lo que nos ocupa es el radio transistor.
Me compre un flamante aparato de la marca Oskar. Para la época era pequeño, es decir: De tamaño algo inferior, a un libro de bolsillo. Iba equipado con un auricular. Solo uno.
Además: De un discreto color beige claro, para que se confundiera, con el color de tu piel, al llevarlo metido en la oreja. Digamos, que el auricular, ya estaba mimetizado.
El único inconveniente, es que llevaba una protuberancia tan desproporcionada, que al introducirlo en el oído, te pasaba la señal directamente al cerebro, sin necesidad, de pasar ni por el tímpano, ni el oído medio.

El estreno de mi radio, fue espectacular.
Lo tenia pocos días, y me toco servicio, de plantón de hangares. El plantón de hangares se hacia solo de noche, cada dos horas, y coincidía con la imaginaria. Consistía, en irte a los hangares donde estaban las piezas de artillería, y solo armado con el machete, estar dos horas de “plantón” tal y como su nombre indica. Al ser nuevo, no recuerdo si me toco el 2º, o el 3º. Sin lugar a dudas, los peores, por que te partían la noche.
Pero no pasa nada!!. Tengo mi radio. Armado con mi radio, (además del machete). Me fui a los hangares, una zona apartada de la Baterías, y con escasa iluminación.
Me puse mi auricular, enchufe mi radio, y me dispuse a que el tiempo pasara.

Ahí viene la parte misteriosa.
En aquellos años en Radio Nacional de España, hacían un programa de contenido paranormal, llamado Media Noche, presentado por Antonio José Alés.
Le di de lleno. Empezar el “plantón” y empezar el programa.
Lla cosa iba de “ovnis” platillos volantes, o como quiera que se digan.
No solo hablaron de ovnis, aterrizajes, y humanoides. Si, no que después, hubo una alerta ovni, en toda España, donde gente de todo el país, había salido al campo, para escrutar los cielos, en busca de luces extrañas.


Os puedo asegurar, que fueron las dos horas mas largas de mi vida. Con la tenue luz, veía hombrecillos verdes por todas partes, sombras, que se movían, y hasta alguna luz surcar el cielo Melillense.
La cosa no acaba ahí. Si escuchaba la radio, me bombardeaban sin cesar, de casos y cosas extrañas, si me lo quitaba, o cambiaba de emisora, imaginaba lo que decían.
Que sudores!!

Todo acabo, cuando vi llegar al relevo con cara de sueño. Por supuesto no le conté nada.
Hay que ver, de que es capaz la imaginación. Sobre todo en mentes jóvenes.
Posiblemente agravado, por que aun siendo casi unos niños, nos arrancaban de nuestra casa, de nuestro trabajo, y en definitiva de nuestro entorno, para llevarnos a un mundo desconocido. Quizás tan desconocido, como eran los ovnis, o las psicofonias.

Afortunadamente. Ese mundo tan desconocido, me inculco unos valores, unos ideales, un, .Saber desenvolverse en la vida. Y por supuesto, un poco de miedo, que ahora recuerdo con cariño

1 comentario:

  1. No sé si en tu relato resulta más anacrónico el que haya un joven haciendo un servicio militar obligatorio a centenares de kilómetros de casa, o el que este joven lleve una radio como la que describes pegada a la oreja (porque el auricular que llevaba -ese trasto que te insertabas en la oreja- dejaba de funcionar al poco tiempo).

    Creo que en esta época en la que, en un aparato del tamaño de un encendedor, se pueden almacenar miles de canciones (además de oír la radio, por supuesto), resulta más difícil de creer lo segundo.

    Lo de hacer guardia con el machete tampoco está nada mal, ya que parece más propio de la época de Asterix.

    Pero yo te creo, compañero. Porque pasé por lo mismo que tú, aunque unos años antes.

    A mí también me mandaron lejos de casa a tomar el "Sol de España en África". Yo también me compré un "pequeño" transistor para que me acompañara durante las guardias. Viví situaciones -como te sucedería a ti más tarde- que si ahora se las contara a un chaval no se las creería.

    ¿Lo de los OVNIs? Eso es lo más normal de tu historia...

    ResponderEliminar