lunes, 24 de mayo de 2010

La Herencia

Parece que los tiempos cambian, ya nada es lo que era, y aunque desde hace aproximadamente 40 años, las cosas empezaron a cambiar, ahora el ritmo es vertiginoso.
Con estos cambios tenemos que adaptarnos a otro sistema de vida.. Dejar antiguos patrones, que quizás a nosotros nos parezcan extraños. Pero puede que a los verdaderos afectados, no.
No hace mucho que hablaba con un asiduo de la tertulias “mañaneras”. Como yo. Esta alrededor de los “cuarenta y diez”, Lleva mas o menos un año, acudiendo casi cada mañana al lugar de reunión. Como muchos, el paro, también le ha afectado y lleva ya mas tiempo del que quisiera en esta situación.Me comentaba que su hijo posiblemente aun le quede un año mas de universidad. Esta estudiando fuera, y los gastos, ahora pesan como una losa. Le pille en mal día y me estuvo comentando que esta crisis ya le esta afectando. Que casi no duerme, que ha perdido kilos, y que cada día tiene menos ganas de salir de casa.

Me dijo que justo un año antes de empezar su hijo mayor a la universidad,. pidió un préstamo. La idea. Como todo iba bien, era hacer obras en la vivienda, por que según el, en treinta años no se había hecho nada. Habían pasado algunas apreturas, pagar el piso, los dos niños, la comunión de ambos. En fin. Lo que a todos los currantes nos toca sufrir. Realmente si no reformó la vivienda antes, es por que no podía, por que lo estaba pidiendo a gritos. Sobre todo aquello que mas se utilizaba.
Eran tiempos de bonanza. Mucha gente, creía que no les salía a cuenta hacer reformas, y optaban por vender la vivienda vieja, y comprarse una nueva, con todo lo que llevaban las viviendas de nueva construcción. Algunos, hasta la cambiaron por un “adosado”, metiéndose con mas de cuarenta años en una hipoteca descomunal, para el resto de sus vidas..

Me seguía contando. Que afortunadamente el no había obrado así. Que era de una familia humilde, y por suerte sus padres le habían enseñado a vivir de otro modo.
No obstante, si para esto, le había dado resultado, para lo que el estaba pasando ahora no estaba preparado. Resulta que el préstamo que saco, lo sigue pagando. Lo hizo muy largo con el fin de no pasar apreturas, casi como una hipoteca.
Pero no de 200 000 euros,. como los que sacaban los que compraban vivienda nueva.
Solo saco 60 000. Pensó que era una cantidad respetable, pero que le ayudaría a hacer las reformas, y a capear los gastos del hijo mayor en la universidad, donde tenia que hacerse cargo del alquiler de un piso compartido, mas los otros gastos que el hijo pudiera generar. Bien mirado no era ninguna barbaridad, y se decidió después de hablarlo con la familia, y teniendo en cuenta que en ese momento ya no debían dinero a nadie. Pues bien. La cosa se torció. Un tiempo después, le despiden de la empresa, la indemnización, les ayuda a adelantar algo del préstamo. Pero viendo la que nos viene encima decide quedarse algo en casa, por si alguna vez no puede llegar a final de mes, ya que aun que lo hubiera dado todo al banco, no hubiera sido suficiente. Para cancelarlo.Estaba preocupado, por que a su hijo, yendo bien le queda un año de universidad. Son muchos gastos, y a el cada vez le pagan menos en el “paro”, y además le queda menos tiempo. El trabajo no aparece, y en una persona de su edad. De nuestra edad. Es muy difícil encontrar trabajo, aun en el mejor de los casos.
Había hecho cálculos y pensaba que saldría adelante aun que tuviera que pedir dinero a sus padres. Cosa que le preocupaba bastante, ya que alrededor de los “cuarenta y diez”. Pedir dinero a personas de 80, y que viven de una pensión, se le hacia tremendamente difícil, a pesar de ser sus padres. Y saber que tienen algo que algún día, le dejaran en herencia. Ahí es donde entra el titulo de este comentario.
Hablemos de la herencia, y de lo mucho que han cambiado cosas, de cuando el se puso a trabajar. Me comentaba que a parte de ayudar siempre en casa. Con catorce años estaba trabajando. En aquellos tiempos. Las familias que tenían hijos, en lugar de hijas. Progresaban rápidamente, puesto que encontraban trabajo con mucha mas facilidad. Nos ponían muy jóvenes a trabajar, y el salario se entregaba todo en casa, hasta que te casabas y formabas un hogar. Es cierto que te casabas muy joven. Antes, raro era aquel que pasara de los 25 años. Empezabas tan pronto a todo, que a esa edad llevabas 11 años ya en el mundo laboral. Querías ser independiente. Casarte, y administrarte tu mismo. Se pensaba de otra manera. Nuestros padres vivían con lo justo, y guardaban dinero, y las pocas pertenencias que pudieran tener, por si acaso, o para dejarlo en herencia a sus hijos.
Me decía que el no lo va a poder hacer. Con suerte y dada la situación actual, bastante hará con no dejarle deudas a los hijos.
Le comente. Que ahora las herencias son de otra manera. Que a su hijo, de entrada le dejara una carrera, que en nuestra juventud era impensable, para gente de nuestro estatus social. Solo hay que recordar, que los médicos o abogados siempre eran de buena familia, hoy esto ha cambiado,. Que su hijo cuando terminara la carrera tendrá la misma edad, que teníamos nosotros, cuando nos casamos, e incluso, cuando ya tuvimos el primer hijo. ¿Que mejor herencia que esta?. Vivir con los padres, con absoluta libertad, y no preocuparte de si te falta dinero o no. Además con carrera. Los 11 años que nosotros pagamos con nuestro trabajo a nuestros padres. Ahora lo pagamos (la mayoría) a nuestros hijos. Ellos reciben la herencia en vida. Quizá a nosotros también nos hubiera gustado, tenerla asíCreo que nuestros hijos que son mas listos que nosotros lo tienen claro. Pero algunos como mi amigo. (Le llamare Luis). Aun se mortifica viviendo recuerdos de un pasado, que nos veremos obligados a cambiar. Seguro, que los hijos. Que están viviendo este cambio, serán los que nos ayudaran hacerlo con mucha mas naturalidad y menos preocupaciones, de las que lleva mi amigo Luis. Ellos saben que la herencia se la llevan puesta, y que todo tiempo por venir. Es futuro.Dejémosles a ellos que seguro que aun que nosotros ya lo veamos todo negro, lo sabrán vivir mejor de lo que nos imaginamos. Al fin y al cabo. De alguna manera esto siempre ha sido así. Es ley de vida. y nuestros hijos son el futuro.


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